jueves, 29 de mayo de 2008

ARTÍCULO

EL PROYECTO DE CONSTRUCCIÓN

El río Arlanzón había sido, desde siempre, la fuente de abastecimiento de la ciudad de Burgos pero, la irregularidad de sus aportaciones, provocaba continuos problemas. Es por esto que se decidió construir un embalse en 1929, que fue terminado cuatro años más tarde. Esta solución no fue suficiente, pues su capacidad de 22 millones de metros cúbicos no cubría las deficiencias del suministro. Finalmente, se optó por realizar un segundo embalse impulsado por el “Proyecto de construcción de la Presa de Úzquiza en el río Arlanzón” en 1967. Pero, aunque el proyecto fue aprobado nunca se llevó a la práctica.

El que sí tuvo éxito fue un concurso de obras [Proyecto de Replanteo del de construcción de la Presa de Úzquiza, en el río Arlanzón (Burgos)] que se realizó más tarde y que reunió a empresas como la MZOV, que propuso la modificación del tipo de presa tal como había sugerido el Servicio de Vigilancia de Presas del MOPU. Para construir la presa, en un primer momento, se pensó en hacerla de hormigón pero finalmente se prefirieron “materiales sueltos”, es decir, tierras seleccionadas.
El 24 de julio de 1975 la empresa constructora MZOV ya se había apropiado del proyecto y, el 21 de diciembre de 1983 tuvo lugar la recepción definitiva de la obra principal.
En 1987 se procedió al llenado del embalse pero no fue hasta 1989 cuando funcionó a pleno rendimiento.
En octubre de 1995 se redactó el Proyecto de obras de “Finalización y Puesta en Explotación de la Presa de Úzquiza”.


La presa, que anegó los pueblos de Úzquiza, Herramel y Villorobe, se encuentra a 30 km de la capital y tiene una capacidad de 75 millones de metros cúbicos, muy superior a la del primer embalse.
En 1988 se llevó a cabo un estudio, propuesto por la Confederación Hidrográfica del Duero, con el fin de determinar los usos recreativos y turísticos disponibles al servicio de los ciudadanos. Aunque no se ha recibido aún su aprobación oficial, este proyecto de ordenación de usos exige la conservación del medio ambiente y el abastecimiento como empleo primordial.


Las aguas de este pantano ofrecen hoy la posibilidad de practicar todo tipo de actividades náuticas, excepto aquellas que requieran embarcaciones a motor. Así, piragüismo, windsurf, vela y, por supuesto, natación son algunos de los deportes que se pueden practicar. Además, todos los veranos se realizan cursos de senderismo, bicicleta de montaña, orientación y parapente con ambos pantanos y sus alrededores como protagonistas.


No es de extrañar que el Ayuntamiento de Villasur utilice el turismo deportivo como principal foco de atracción en su promoción. Esto ha dado lugar a nuevas construcciones como el camping local o el club náutico a orillas del embalse de Úzquiza, que han contado con el apoyo de la Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial.

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